Los 7 cabritillos

 


Cuento infantil de los 7 cabritillos

Este cuento narra la historia de 7 cabritillos que se quedan solos en casa y donde un malvado lobo quiere comérselos.

Había una vez una mamá cabra que tenía siete cabritillos.

Los quería mucho y como no quería que les pasase nada malo, siempre insistía cuando se iba a por comida que tuvieran mucho cuidado y no abrieran la puerta a nadie.

Voy a por comida. No os fiéis de nadie. El lobo es muy astuto. Si veis que tiene la voz ronca y la piel oscura
será él
.

Síii mamá, tendremos cuidado!

En cuanto la cabra se fue, apareció el lobo y llamó a la puerta.

¿Quién es?, preguntaron los cabritillos

Abridme hijos míos, soy vuestra madre.

Pero los pequeños recordaron el consejo de su madre y no se fiaron.

Tu no eres nuestra madre. Nuestra madre tiene la voz suave y tu la tienes muy ronca.

El lobo se marchó enfadado por haber sido descubierto y fue directo a la tienda donde compró un caramelo para suavizar su voz.

De nuevo volvió a la casa de los siete cabritillos.

¿Quién es?, preguntaron los cabritillos.

Soy yo, vuestra madre.

Esta vez su voz sonaba suave, así que los cabritillos no estaban seguros del todo. Entonces le pidieron que les enseñara la
patita por debajo de la puerta.

A ver, enséñanos tu pata! ¡Tu no eres nuestra madre, eres el lobo! Nuestra madre tiene las patas blancas!

El lobo volvió a marcharse malhumorado pensando en que esta vez lo conseguiría.

Fue hacia un molino que había cerca, robó un saco de harina y se pintó las patas blancas. De modo que el lobo volvió a llamar a la puerta.

¿Quien es?, preguntaron los cabritillos.

Soy yo, vuestra madre.

Enséñanos la patita para que podamos verla.

Al ver los cabritillos que su pata era blanca creyeron que de verdad se trataba de su madre y abrieron la puerta. Pero cuando vieron que era el lobo, corrieron despavoridos por la casa a esconderse.

El lobo fue encontrándolos y comiéndoselos, excepto a uno, al que no pudo encontrar. Estaba tan harto de comer que se fue a tumbar debajo de un árbol y se quedó profundamente dormido. Entretanto llegó mamá cabra:

¡YA ESTOY EN CASA! Nadie contestó…

De pronto vino corriendo el cabritillo que se había salvado y le contó lo ocurrido.

Mamá cabra cogió tijeras, aguja e hilo y fue en busca del malvado lobo.

Cuando lo encontraron cogió las tijeras y le abrió la tripa.

¡De ahí salieron los seis cabritillos vivos! La madre quiso darle su merecido y le llenó
el estómago de piedras.

Cuando el lobo se despertó, tenía mucha sed y al acercarse al pozo para beber agua, el peso de las piedras hizo que se cayera dentro y se ahogara.

Los cabritillos comenzaron a saltar y cantar celebrando que volvían a estar los siete juntos.

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